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UN ACUERDO LOGRADO ¿ES UN JUICIO GANADO?

Muchas veces los trabajadores que enfrentan o están por enfrentar un juicio laboral tienen dudas respecto de si es alta o no la posibilidad de lograr una sentencia que le otorgue lo que pretenden o del tiempo que puede llegar a durar un proceso y su costo. Es por ello que considero que es nuestra labor como profesionales informar correctamente al cliente de las alternativas que existen para satisfacer sus pretensiones. Por ello, analizaremos las ventajas de los acuerdos transaccionales, conciliatorios o liberatorios judiciales y extra judiciales.


He de anticiparme a la conclusión al decir que es de mi preferencia un buen arreglo a una buena sentencia. Han pasado por el estudio varios casos en los cuales se les ha ofrecido arreglar al trabajador y, ya sea por influencia de la familia o por convicción personal se han negado y… el final del cuento no es como esperaban. Ya sea que se trate por falta de pruebas, por diferencias en la interpretación del derecho con el juez o simplemente por no tener razón, una sentencia puede salir en contra no haciendo lugar al reclamo o incluso, haciendo lugar por menos de lo esperado. Por ejemplo, hubo un caso en particular en el estudio en donde la empresa demandada, tanto en una etapa temprana del proceso como en audiencia de conciliación, le habían ofrecido al trabajador una suma de dinero de consideración que, por no acercarse a sus pretensiones, pese a habérsele resaltado las ventajas de lograr el acuerdo, terminó rechazando. Resulta que al momento de la sentencia, los jueces entendieron que no estaba suficientemente probado el reclamo e hicieron lugar parcialmente a la demanda condenando por un monto mucho menor al pretendido e incluso menor al que le habían ofrecido. Lo curioso es que luego del fallo el trabajador pretendía aceptar ese arreglo que se había hecho años atrás.

Entonces me vuelvo a preguntar, Un acuerdo logrado ¿Es un juicio ganado? Antes de responder debemos analizar las ventajas que podemos encontrar en un acuerdo:

- Si es extrajudicial, se evita ir a un juicio que puede durar varios años

- Si es judicial, se ahorra de tiempo y dinero

- Está en poder de las partes la decisión de poner fin al pleito, no de un tercero

- Disponibilidad inmediata de dinero

- Alto grado de cumplimiento

- Sensación de satisfacción 

- Liberación de estrés generado por el conflicto

Como expresara anteriormente, lograr un acuerdo reduce ampliamente el tiempo que insume llevar adelante un proceso. Téngase en cuenta que el reclamo comienza con el intercambio epistolar que puede durar un mes o mas quizás, si se opta por la vía administrativa ante el Ministerio o Secretaría de Trabajo, según corresponda, seguimos sumando tiempo. De no lograrse un acuerdo por vía administrativa sólo queda la vía judicial que lleva años. Si bien en cualquier momento su empleador puede ofrecerle un arreglo, la realidad es que en la mayoría de los casos el acuerdo se ofrece cuando las papas queman. Existen algunos casos en los cuáles por haber sido buenos empleados y como muestra de su buena fe, los empleadores buscan desde un inicio arreglar, pero es raro que ello suceda.

No está demás recordarles que cualquier proceso insume tiempo y dinero. Si bien conforme la Ley de Contrato de Trabajo prima la gratuidad para el trabajador durante el proceso, hecho que en la realidad no se cumple al 100%, no todo resulta ser tan gratuito. Se deben pagar tasas de justicia, aportes del abogado, se deben sacar fotocopias, se debe adjuntar movilidad para correr traslado de demanda, notificaciones de audiencias, pruebas, sentencias, etc. Todo esto puede ahorrarse logrando un buen acuerdo. Es más, generalmente al lograr un acuerdo es el empleador quien se compromete a soportar las costas.

Lo fundamental de haber sido ofrecido un acuerdo por parte del empleador es que Ud. Sr. Trabajador tiene en sus manos el poder de poner fin al proceso. ¿Qué quiero decir con esto? Que no somete la decisión a un tercero imparcial, que vendría a ser el juez, que puede o no darle la razón. Lo que se hace es una transacción, que consiste en hacerse concesiones reciprocas entre las partes para alcanzar un acuerdo que termine con la litigiosidad, es decir, Ud. decide ceder un poco en sus pretensiones y la contraparte opta por flexibilizarse, romper esa rigidez inicial en la cuál niega mas o menos hasta ser él mismo. Un ejemplo sencillo es aquel en el cual yo digo que Pepe me debe mil pesos y Pepe dice que me debe quinientos, entonces decidimos hacer una transacción en la cual yo cedo a mi pretensión inicial de reclamar los mil y reduzco a setecientos cincuenta, y Pepe decide hacer lo propio y hace un esfuerzo para pagar setecientos cincuenta y así terminar con la disputa.

Ahora piense bien esto, Ud. tiene un crédito con su empleador quien le debe la suma de dinero que le esta reclamando, pero ¿Acaso no tiene deudas? Lo cierto es que al perder el trabajo las cuentas se van acumulando (si es que aún no ha conseguido trabajo o el nivel del trabajo conseguido no se equipara al anterior) y necesita que las mismas sean saldadas. Al principio recurrirá a algún familiar o amigo pero con el pasar del tiempo sentirá esa molestia de tener que estar mendigando ayuda. Lograr un acuerdo no significa que Ud. ha perdido, simplemente significa que Ud. ha decidido ponerle fin a la disputa y aceptar un monto menor al pretendido pero que resulta digno y suficiente para considerarse satisfecho. Tengan en cuenta, como ya lo hemos dicho en publicaciones anteriores, que los acuerdos judiciales o extrajudiciales para ser válidos deben pasar por ante autoridad administrativa o judicial quien deberá analizar si existe una justa composición de derechos e intereses, que no es otra cosa que ver si Ud. está consciente del acuerdo alcanzado y que éste no lo perjudique. No sería la primera vez que algún abogado de poca monta le ofrezca alcanzar un arreglo con su empleador y cuando se da cuenta realizó un acuerdo verbal por un monto ínfimo decidiendo cobrarlo él para “su seguridad” y le realiza los descuentos de los honorarios y le da el remanente que terminan siendo monedas, generando en Ud. una sensación de estafa. (VER INFORME SOBRE ACUERDOS TRANSACCIONALES CONCILIATORIOS O LIBERATORIOS ENTRE TRABAJADORES Y SUS EMPLEADORES). Entonces piense, un acuerdo bien hecho es por una suma que lo satisface, que es beneficiosa para Ud. y que le permite continuar con su vida de forma normal ya que dispone del dinero para hacerlo. No se olvide, como siempre recomiendo, busque asesoramiento de un profesional especializado en derecho laboral a fin de que analice su caso en particular y así puedan analizar en conjunto si el acuerdo es viable o no.

¿Y por qué digo que lograr un acuerdo tiene un alto grado de cumplimiento? En principio, es más sencillo que el empleador cumpla con lo pactado porque accedió al mismo de forma voluntaria. Imagínese por ejemplo que se va a jugar al futbol con los amigos y cuando terminan de jugar uno dice: Quiénes quieran tomar una gaseosa están invitados, y Ud. se acerca y se ofrece a poner plata para comprar preguntando cuanto le correspondería teniendo en cuenta el precio de la botella y la cantidad de personas. Ahora imagínese esta otra situación: que lo inviten a jugar y cuando termine el partido le digan: Bueno, ahora todos tienen que poner $ 100 pesos para comprar una gaseosa, monto que Ud. considera injusto ya que le parece excesivo y se niega rotundamente, quedándose sin tomar gaseosa o yéndose antes de tiempo enojado con sus amigos si no reconsideran el monto. Bueno, lo mismo sucede cuando finalizan las relaciones laborales, el trabajador considera que se le debe un monto determinado y el empleador no esta de acuerdo por no corresponder o por considerar que resulta excesivo, razón por la cuál se niega a pagar hasta tanto un juez determine si corresponde o no, momento en el cuál incluso puede llegar a considerar que no corresponde y que tiene que pagar en contra de su voluntad y decide no hacerlo, debiendo extenderse el proceso a través de la ejecución de la sentencia. Es por ello que el acuerdo siempre va a ser mejor a los fines del cumplimiento, ya que accedió al mismo voluntariamente y es altamente factible que pague. 

Luego vienen las ventajas psicológicas: una sensación de desahogo por haber finalizado con ese proceso que lo tenía a mal traer y del cuál estaba tan pendiente y una sensación de haber logrado su objetivo. Pese a que no existen ganadores ni perdedores tras lograr un acuerdo, ambas partes sienten el alivio y se consideran ganadoras.

Entonces, una vez más, un acuerdo logrado ¿Es un juicio ganado? No puedo decir mas que si, que es un juicio ganado… para ambas partes.

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